arrow-left arrow-right expand kidney-orange kidney menu-detail playquote-multicolor search share-email share-facebook share-twitter timeline-detailtimeline-detail2 twitter youtube

#TestimonioMATER: "Donar órganos es un acto de amor"

“No practico ninguna religión, pero siempre he tenido mucha fe. Mucha fe en Dios y en la Catita, mi hija. Ella nació con sus riñones malos y al poco tiempo debieron quitarle uno. 

Antes de su primer cumpleaños ya había pasado once veces conectada a un respirador mecánico. Frente a eso temíamos lo peor, pero siempre se aferró a la vida. ¿Cómo no tener fe en ella entonces? 

Volver a nacer 

 

Hoy tiene seis años, pero su vida comenzó hace un año atrás cuando fue trasplantada, cuando se acabó la diálisis, el aislamiento del resto de la familia, su mal humor por la enfermedad, los tubos por todo su cuerpo y su dificultad para caminar porque simplemente no tenía energía.

Mi marido quería ser donante, pero no se pudo. Cuando se realizó los estudios descubrimos que él porta la enfermedad que heredó la Catita y también su hermana, quien falleció a los veinte días de vida por la misma dificultad en los riñones.  

El riñón de la Catita llegó por lista de espera de donante cadáver. Nunca voy a olvidar el día que nos dijeron que había un donante. Fue como ganar una gran batalla. Yo tenia algunos prejuicios con que fuera cadáver, pero cuando la vi salir del pabellón ya trasplantada, todos esos prejuicios se acabaron. 

El riñón funcionó inmediatamente. Ella siempre fue pálida, pero ese día salió de pabellón con color en su cara, con ganas de conversar, con ganas de moverse. A los diez días ya estábamos en la casa. Fue un milagro la recuperación. 

Extender la vida 

 

Sé que no tenemos mucha cultura respecto a la donación de órganos, hasta que necesitas uno. Nunca pensamos que podemos estar del otro lado, pero sé que cuando conocemos una historia de cerca cambiamos nuestra forma de pensar. Donar órganos es un acto de amor, es extender la vida en quien lo requiere. Y así ocurrió con mi hija. 

Lo que más quería la Catita era hacer pipí como cualquier niña, porque en su condición no conocía la experiencia. Ahora puede hacer eso y mucho más. Son cosas simples, como ir a la plaza a jugar a los columpios o ir al cumpleaños de un amigo, pero son cosas que ella antes no podía hacer. 

Corporación MATER nos ha ayudado muchísimo en este proceso. Allá hemos hecho varios exámenes costosos, que no hemos tenido que pagar o hemos pagado a un costo muy bajo. De otra forma no podríamos haberlos hecho. Además, la atención es como de una clínica, así que estamos totalmente agradecidos”.

Gladys Reyes.