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Prevenir para proteger: cuando un trasplante se puede evitar

Ángela es mamá de una niña de doce años con trasplante renal, producto de una infección urinaria no tratada a tiempo. A través de su experiencia podemos constatar que algunas enfermedades renales crónicas se pueden evitar y su testimonio es una alerta a madres y padres de niñas y niños que han presentado una infección urinaria, fiebres regulares, malestar, pérdida de apetito y otros síntomas.

Ángela Hidalgo vive en Panguipulli, Región de los Ríos y nos comparte su conmovedora historia como madre de tres hijas y actualmente como madre cuidadora ya que la menor de ellas fue diagnosticada con insuficiencia renal en etapa terminal debido a una nefropatía. Su travesía, marcada por diagnósticos tardíos y desafíos médicos, destaca la importancia de la prevención y el apoyo en situaciones de enfermedades renales.

 

La odisea de Ángela comenzó en 2017 cuando su hija menor, Tania, fue diagnosticada en etapa terminal a causa de una infección urinaria no tratada a tiempo. A sus 12 años, Tania ha tenido que enfrentar el peritoneo diálisis y un trasplante renal realizado en el Hospital Ezequiel González en abril de 2019.

 

Ángela, al narrar su experiencia, destaca la necesidad de concientización sobre los síntomas y la importancia de actuar rápidamente ante posibles problemas renales en niños. La infección urinaria que afectó a Tania desde los 10 meses se manifestó con fiebres persistentes y malestar, pero, lamentablemente, no recibió el tratamiento adecuado a tiempo: “Uno confía en lo que el doctor le dice”, comenta Ángela, subrayando la importancia de cuestionar y buscar segundas opiniones si es necesario. Después de años de diagnósticos tardíos, Tania fue trasplantada gracias al donante vivo, su propio padre.

 

Asimismo, una dificultad adicional para los pacientes que viven en regiones es tener que buscar alojamiento cuando hay que viajar a Santiago para visitar a los especialistas y realizar tratamientos. “Contar con la Casa de Acogida es maravilloso, lo mejor que nos pudo pasar fue llegar acá”, afirma Ángela. La Casa MATER ha brindado a la familia un lugar seguro y cercano al hospital, aliviando las preocupaciones logísticas y permitiéndoles centrarse en el tratamiento de Tania.

 

Esta valiente madre insta a otros padres a tomar en serio los síntomas de infecciones urinarias en sus hijos, a preguntar y buscar información. “Lo ideal sería prevenir”, comenta Ángela, destacando la necesidad de concientización y educación sobre la salud renal infantil. Ángela concluye su relato compartiendo su esperanza en el tratamiento de Tania y agradeciendo el apoyo recibido. Su historia sirve como testimonio de la importancia de la prevención y el cuidado temprano para evitar complicaciones en la salud renal de los niños.