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Palabras de despedida al Policlínico de Nefrourología

En el marco del traslado del Hospital Doctor Exequiel González Cortés a un nuevo y moderno edificio, Corporación Renal Infantil MATER quiso despedir las actuales dependencias del Policlínico de Nefrourología con un acto simbólico.

En ese contexto, Hilda  Corbalán, Enfermera Jefe del Centro de Diagnóstico de Corporación MATER, compartió las siguiente palabras:

“Hace más de veinte años, cuando se funda Corporación MATER, este Policlínico albergaba varias especialidades pediátricas, tales como Nefrología, Dermatología, Endocrinología, entre otras, compartiendo estrechos y escasos box de atención.

En la misión de Corporación MATER estaba el dar atención de calidad a los pacientes que concurren al Policlínico de Urología, y dado que muchos de estos niños necesitaban un nefrologo, el doctor José Manuel Escala ofreció a la Dirección del Hospital un aporte económico para habilitar un nuevo recinto para la dirección, personal y contabilidad, permitiendo trasladar los policlínicos que estaban aquí al lugar que ocupan hoy.

Con ello, quedó espacio espacio libre a objeto de remodelar, ampliar y equipar para unificar las especialidades de Nefrourología, en función de dar una mejor atención. En estas salas, se tomaron las primeras ecografías con un equipo adquirido por MATER. El remodelado edificio, cobijó el crecimiento y desarrollo de ambas especialidades, permitiendo el trabajo de un equipo multidisciplinario, lo que enriqueció la atención del paciente, sobre todo por su cronicidad en la mayoría de los casos.

Paralelamente, se crean agrupaciones de padres, talleres de apoyo a familiares y la tan importante Sala de Juegos, centro de recreación y contención emocional para madres. Posteriormente se sumó también la Casa de Acogida. 

Con el tiempo, Corporación MATER pudo crecer y emigrar a Calle San Ignacio, continuando siempre con su labor en la realización de exámenes, traslados de pacientes, adquisición de medicamentos, entre varios otros beneficios. 

Hoy, con grandes esperanzas en el futuro, debemos cerrar un ciclo con el actual edificio del Hospital Exequiel González Cortés, pero no dejaremos de recordar a la enfermera María Miranda y a la técnico paramédico, María Isabel Silva, quienes no alcanzaron a vivir este esperado momento. Ellas, como muchos de los que estamos aquí, entregaron muchas horas de su vida para servir a nuestros niños y acogerlos cuando la vida se hacía frágil.

El personal ha dejado huellas imborrables en muchos pacientes, que hasta hoy nos visitan y nos recuerdan como sus grandes apoyos, agradecidos de cada uno de nosotros. Entre ellos además han surgido sinceras y fuertes amistades, un apoyo en momentos difíciles y un compartir en fechas importantes. 

Ese espíritu humano, solidario no debe jamás quedar tras la puerta que se cierra, cada uno debe llevarlo consigo a la nueva casa y tenerlo como un símbolo de lo que fue, es y sera la atención de los pacientes del Policlínico de Nefrourologpia del querido Hospital Exequiel González Cortés.

Solo resta desearles mucho éxito”.