Médula Anclada

Fuente: Dra. Consuelo Sierralta, Unidad de Urología Pediátrica, Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna

¿Qué es?

La médula espinal es un conjunto de nervios que transmite los mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo. Al nacer, la médula espinal tiene una longitud similar a la de la columna vertebral (los huesos que la rodean), pero a medida que el niño o la niña crece, la columna vertebral lo hace en mayor medida que la médula. Esto permite que la médula espinal se desplace libremente dentro de la columna en condiciones normales.

La médula anclada ocurre cuando la médula espinal se fija a la parte inferior de la columna vertebral, impidiendo su libre movimiento. A medida que el niño o la niña crece, la médula espinal experimenta una tracción, lo que provoca que los nervios que la componen se estiren, alterando su funcionamiento.

¿Existen síntomas?

Algunos signos o síntomas que pueden indicar la presencia de una médula anclada son:

– Pérdida del control de la vejiga: incontinencia  urinaria, imposibilidad para orinar (retención urinaria), pérdida de la sensibilidad al orinar, etc.
– Pérdida del control del intestino: aumento de la incontinencia fecal o estreñimiento (constipación), pérdida de la sensibilidad al defecar, etc.- Dolor de espalda.
– Deformidades como la escoliosis, deformidades en los pies, entre otras.
– Dificultades para caminar o dificultad motora progresiva.

Algunas causas de la médula anclada son:
– Disrafia espinal es la causa más frecuente, como por ejemplo la lipomielomeningocele, mielomeningocele, entre otras..
– Filum terminal.
– Cicatriz de cirugía previa.
– Tejido como hueso o grasa que actúa como anclaje de la médula.

Ante la sospecha de médula anclada, se puede solicitar una urodinamia para evaluar si hay alteraciones en la función de la vejiga, lo cual es un signo precoz de esta condición.. El anclaje de la médula espinal suele manifestarse durante los períodos de crecimiento acelerado, como los primeros años de vida y la pubertad, así como por la inflamación de la médula, como es el caso de la aracnoiditis). El equipo especializado en vejiga neurogénica también puede ser parte del proceso de diagnóstico.

El niño o niña debe ser evaluado por un neurocirujano, quien considerará los síntomas y signos sospechosos. En algunos casos, se podría solicitar una resonancia magnética de columna vertebral. Sin embargo, el diagnóstico de médula anclada no se basa únicamente en la resonancia, sino en la presencia de un trastorno funcional progresivo. 

Tratamiento

La cirugía de desanclaje medular o de liberación mieloradicular tiene como objetivo liberar la médula espinal de la fijación, lo que puede detener o revertir el daño funcional que produce. Si el deterioro neurológico secundario es reciente, la cirugía podría ser exitosa en la recuperación de la función. Sin embargo,  si la médula espinal ha sufrido un daño irreversible, es probable que no se observe mejoría en el deterioro neurológico posterior a la cirugía. La posibilidad de recuperación depende en gran medida de un diagnóstico precoz, por lo que es fundamental realizar un seguimiento cercano por parte del equipo especializado en vejiga neurogénica.