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Paula Martínez: “Mi riñón es luchador igual que yo”

Paula nació con mielolelingocele y un tumor sacro lumbar, lo que además de provocarle problemas para desplazarse, le dañó la función renal. Ella es nuestra paciente del mes.   

Por este motivo, se le declaró una Insuficiencia Renal Crónica cuando tenía 5 años y a consecuencia de un desplazamiento del tumor, tuvo que ser operada en diversas oportunidades.

Cuando tenía 14 años, entró a la lista de espera de un trasplante con suma urgencia, ya que le daban sólo 3 meses de vida en caso de no recibirlo, “Por intervención Divina, no sé, pero al mes llegó un riñón, un donante cadáver”.

No fue fácil convencerla de asistir al trasplante, porque estaba muy asustada “Cuando la Sra. Hilda (Enfermera de trasplante) llegó a buscarme a la casa porque salió el riñón, era un día viernes, como a las dos de la mañana. Me asusté mucho. No quería, y en mi casa se armó el tremendo problema, porque mi papá decía que no me llevaran y mi mamá sí quería, porque ya todos sabíamos que si no me trasplantaban me quedaba poquita vida. Al final llegó toda mi familia para tratar de convencerme y me subieron a la ambulancia”.

En el camino hacia el hospital, ocurrió otro percance, la ambulancia quedó en pane, “Ahí me acuerdo que la Sra. Hilda llamó a mis hermanos, mis cuñados; todos empujando la ambulancia para que partiera… y partió”
Fue precisamente Paula la que tuvo que firmar la autorización para ser trasplantada y a pesar que lo hizo convencida, cuando la pasaron a pabellón, lo último que dijo antes de dormirse con la anestesia, fue “¿me puedo arrepentir?”.

Luego de la cirugía, el riñón que había recibido no quería funcionar. Después de un mes de espera, le habían dicho que tenían que sacárselo, pero su mamá pidió que la esperaran un día más, y así lo hicieron “Ahí partió. Fue paulatino, porque después del trasplante estuve hospitalizada 2 meses y medio más. Me acuerdo perfectamente, me dieron de alta un día 3 de diciembre y el 5 estaba de cumpleaños. Me dieron de alta justo un día viernes. El domingo llegó mi familia, fue todo muy fantástico, no creían que yo iba a cumplir los 15 y menos en mi casa.

Desde ese entonces, mi riñón nunca ha sido un riñón perfecto, como otros. Nunca he tenido una creatinina normal pero aquí llevo 15 años trasplantada y funciona. Porfía, pero no me ha dejado. “Es guerrero, igual que yo”.

A pesar de todos estos problemas de salud, Paula nunca abandonó sus estudios, cursó su 2º medio en la Escuelita del Hospital Exequiel González Cortés y dio exámenes libres en la Universidad Autónoma. Al año siguiente, gracias a una beca otorgada por profesores de la escuelita que trabajaban en el Instituto Miguel León Prado, ingresó al colegio para terminar su enseñanza media “Seguía con tratamientos, pero me dieron todas las facilidades. A veces llegaba tarde al colegio, pero aún así, me propuse algo, que al colegio yo iba a estudiar”.

No le fue fácil adaptarse a su grupo de compañeros, debido a que, según explica, su mundo era muy distinto al de ellos. “No tenía cabeza para pensar en salir o jugar con mis amigas, o que me gustara algún niño, nada de eso. Mi vida era el hospital, mi casa, mis estudios y esa era mi meta, sacar mi cuarto medio, y lo logré”.

Su sueño era ir a la Universidad. “Siempre quise ser psicóloga; pero yo trasplantada, que pasaba en el hospital, después mi papá con cáncer, con todo eso, como que se fue viendo cada vez más lejos la posibilidad. Después mi papá, lamentablemente falleció. En ese tiempo igual me metía a la Municipalidad y hacía muchos cursos. Siempre me gustaba aprender algo. Pero mi deseo era ir a la Universidad y estudiar una carrera, así, titulada, no un diploma de un curso como capacitación”.

A pesar de los obstáculos, no se rindió, “Después que falleció mi papá, dije no, yo quiero hacer lo mío. Quiero juntar mi dinero. Así es que me matriculé en Trabajo Social. Psicología no lo pude hacer, porque igual tenía que hacer algo que fuera de acuerdo a mi enfermedad, porque a parte de mi trasplante renal, soy discapacitada. Para mí, en el diario vivir, manejarme en las calles, es un poco más complicado”. “Trabajo Social me gusta, me gusta el poder ayudar a los demás, tiene algo que ver con la psicología. Me gusta crear, armar proyectos, entregar soluciones.

No me matriculé en una universidad, pero sí en un instituto y para mí, eso era ya una carrera profesional. Lo pasé muy bien, conocí otro mundo. Ya no tenía esa coraza de cuando iba a la enseñanza media, ya estaba sanada de todas esas situaciones de cuando era más chica, cuando decía por qué a mí y esas cosas. Estaba como trancada. Pero en Trabajo Social, ya no tenía esa tranca, porque decía, bueno por qué a mí no, ¿por qué voy a ser tan especial que no me puede pasar?. Así como me puede pasar a mí, le puede pasar a cualquiera”.

Su posición frente a la vida, es de fuerza, de empeño, de nunca dejarse vencer, “Para mí no existe el no puedo. Hago lo mismo que el resto. Hago las cosas un poco más lentas, pero las hago igual. Algo que he logrado en mi vida, de lo que soy súper orgullosa, es que he logrado que no me vean como diferente, porque nunca he puesto mi enfermedad como un tema de vida, porque así me lo he propuesto. Yo soy una más del montón no más y quiero que el resto me vea tal cual. Ante las adversidades que se me van presentando, a veces sí, me da pena y todo, pero un rato, como a todo el mundo, pero mi instinto de supervivencia, me hace salir adelante, porque no me quiero quedar estancada”.

Paula sigue adelante, dice que además de realizarse como Trabajadora Social, su sueño es hacer charlas motivacionales. “Alguien que me gusta mucho es Nick Vujicic. Eso me gustaría hacer. Además de que se cumple un rol social, se adaptaría a mis capacidades”.

En estos momentos, trabaja en el Centro de Diagnóstico de Corporación Mater, como recepcionista y ha sido destacada por su desempeño durante cuatro meses consecutivos. Para ella, “Salir adelante es algo de corazón y mente” y así lo demuestra cada día, viendo cada obstáculo como un desafío que debe vencer, ya que piensa que “Si la sociedad te deja fuera, tú eres el responsable de entrar en ella”.