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Psicología: ¿Cómo apoyar a un niño durante la realización de un examen?

Por Arantxa Rivadeneira, Psicóloga de Corporación Renal Infantil MATER.

 

El niño debe llegar al laboratorio lo más tranquilo posible, y el padre de familia o encargado debe colaborar con el manejo del niño para la toma de la muestra. Un niño alterado dificulta la labor del microbiólogo y aumenta la posibilidad de fallo en la toma.

Es probable que el niño llore antes y durante la prueba, por lo que puede ser necesario inmovilizarlo. Esto es una respuesta normal ante un ambiente extraño, personas desconocidas, restricciones, etc. El niño puede llorar más por estas razones que por lo incómodo del examen o procedimiento. Saber esto de antemano puede ayudar al adulto a liberar parte de su ansiedad por lo que puede suceder. La obtención de información específica sobre el examen puede ayudar a reducir aún más la ansiedad en los padres.

En niños más grandes (6-11 años): sugerir maneras de mantener el control: contar, respirar profundo, relajarse (pensar en cosas placenteras), permitir al niño participar en tareas simples, incluir al niño en el proceso de toma de decisiones.

Es importante que el niño tenga control de la situación, es él o ella quien permite que se realice el procedimiento, es el paciente y por tanto, hay que enfocarse en convencerlo de lo necesario que es y de los importante que va a ser, y por otra parte que no hay posibilidad de “escapar al procedimiento”.

Puede que el niño se resista al procedimiento. En esos casos se debe abordar al niño de una forma firme y directa, ya sea por parte del adulto o por parte del personal médico. La mejor manera de enfrentar la terquedad del niño es dar una sola instrucción a la vez durante el procedimiento, utilizando una o dos palabras.

La presencia del adulto ayuda al niño durante el procedimiento, sobre todo si el examen permite que el niño mantenga un contacto físico.

En el caso de bebés:

En el caso de los bebés, sin importar el tipo de examen o procedimiento, el bebé probablemente llora como una respuesta normal al ambiente extraño, a las personas que no le son familiares, a la inmovilización y a la separación de sus padres. Incluso puede llorar más por estas razones que por la misma incomodidad del examen o procedimiento.

La presencia de los padres es de gran ayuda durante la toma de la muestra, especialmente si es posible mantener el contacto físico con el bebé. Si los padres piensan que pueden indisponerse o sentirse muy ansiosos, lo mejor es que traten de guardar la distancia, pero manteniéndose siempre a la vista del bebé.

En caso de no sentirse capaces de estar presentes, pueden dejar un objeto que le sea familiar al niño para que lo conforte durante el procedimiento.

En el caso de adolescentes:

Se recomienda dar una explicación e información detallada acerca de las razones del procedimiento.

Se debe permitir que el adolescente participe y tome la mayor cantidad de decisiones posibles. Dependiendo de la edad e independencia, es posible que el adolescente quiera o no que sus padres estén presentes durante el procedimiento, puesto que la privacidad es importante a esa edad y se debe respetar.